A Platón no le gustaban los poetas
seguramente porque mastican las palabras suavemente
hasta depositarlas en las entrañas
de un mundo imperfecto y sucio
pero real.
Muy poco o casi nada o incluso peligroso
a los ojos de la mirada geométrica, perfecta.
Muy poco
y demasiado vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario