La poesía es la mejor opción para morirse de hambre
pues al menos las metáforas te susurran
el ritmo te mece simulando olas
y las esdrújulas rítmicas te cobijan en las noches frías.
La poesía permanece aliada con la miseria
porque en realidad es su himno
aunque prefiere disimular
y hablar de la primavera.
La poesía se sube a la montaña rusa del frenesí
pero a solas, en la noche, está triste
como los demás mendigos.
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