sábado, 30 de marzo de 2013
Greguerías a la ñ.
Te contaré la verdadera historia de la ñ. Estaba ella integrada en el abecedario, era una más. Sin embargo, esa normalidad se quedaba en la apariencia, pues en silencio las vocales y consonantes despreciaban su diferencia. La convivencia dejó de ser llevadera cuando la engreída h empezó a mofarse del peinado de la ñ. Ahí empezó todo, ya que las restantes letras desataron una campaña de insultos y vejaciones. La llamaban rarita, pija, cursi, esnob, ñoña y un largo etcétera. La ñ abandonó el abecedario dispuesta a no regresar. Se fue con lentitud mientras sus compañeras parmecían en silencio, aturdidas por el inesperado abandono. De pronto, la a exclamó ¡ cono, cono y ahora qué hacemos, qué pasa con los ninos, los suenos, los banos en el mar, las brasilenas ! Aquella queja sincera y desgarrada provocó la reacción espontánea de todo el clan. ¡ Ven ene, companera ! Y la eñe decidió regresar cuando comprobó la mirada y las carantoñas llenas de cariño de sus entrañables compañeras, las letras.
1142- El acompañante nunca camina solo.
1143- El acuñador de monedas tiene una jornada de horas reprimidas.
1144- La vista aguileña colecciona horizontes lejanos.
1145- El amaño oposita a una plaza mentirosa.
1146- El alfeñique se inspira en egregios esqueletos.
1147- El aliño es el eterno secundario de la cocina.
1148- El tañido de las campanas es la solemnidad en versión sonido.
1149- La ñ es la única letra con horizonte.
1150- La mar rodea a los isleños.
1151- La extrañeza vive en el asombro perpetuo.
1152- No esperes que lo ñoño arriesgue la vida por ti.
1153- El cariño es atravesado por las rozaduras.
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