jueves, 12 de noviembre de 2015

Greguerias al polvo


El polvo es un enemigo silencioso pero hay que reconocer que es incapaz de hacer distinciones sociales, pues poco le importa si eres rico o pobre. Él va a lo suyo, ensuciando lentamente y a conciencia. No obstante, su dimensión inexorable se puede acabar con un simple movimiento de bayeta. Lo que el polvo crea con esfuerzo y tenacidad es aniquilado por la energía de una bayeta humedecida. Y así ha sucedido siempre y seguirá sucediendo. Es una ley inmutable del devenir cotidiano.

1805- Los magnates del petróleo odian el polvo porque les recuerda su pasado desértico.

1806- Al final del sendero el caminante acumula las historias del polvo en sus zapatos.

1807- La certeza de que seremos polvo acaba escondida en algún recoveco neuronal.

1808- Los únicos polvos limpios son los mágicos.

1809- Las motas de polvo necesitan estar juntas.

1810- Las historias sin polvo acumulado no merecen ser contadas.

1811- La esposa alérgica a los ácaros abandonó al arqueólogo y se fue con un submarinista de 1.90.