Un ataque de Neruda

Hoy debo tener un ataque de Neruda
porque las odas de lo pequeño me zarandean.
Hoy debo tener una invasión de nostalgia infantil
porque me visita de nuevo el desamparo.
Hoy creo que entiendo mi fracaso
porque estoy en medio,
entre la fantasía y lo posible,
entre el vertedero de mentiras
y el espejo de lo indecible.
Hoy viene a verme y a envolverme
una bruma lejana, remota.
Hoy sé que mi derrota
es también mi victoria.