Soy un rojo radical, sindical, profesional
a lo largo y ancho
del periodo semanal.
El lunes asamblea de agitados/cabreados
por los pueblos desamparados
tal vez algunos gritos antiamericanos.
El martes medito tranquilo a la sombra de un pino
respiro ecologismo y luego luego me inspiro.
El miércoles me pongo mi traje sindical
y me cago un poco en la patronal.
El jueves me invade la cosa sentimental
recito A galopar
o alguna de Neruda que no está nada mal.
Llega el viernes y los viejos camaradas
contamos nuestras batallas
aquellas luchas, algaradas, melenas al viento
almas puras, inocentes, a la vanguardia.
El sábado un poco de desenfreno
en honor al esfuerzo hercúleo por el pueblo
mariscada con vino de buena añada
una juerga sufradada por las huestes sindicadas.
Por fin llega el domingo
desempolvo mi viejo album
mis recuerdos rojos
rodeado de banderas, puño en alto, pancarta en mano.
Trabajadores del mundo
uníos a la causa de la jornada liberada.
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