domingo, 8 de septiembre de 2013

Guión invisible


Un buen día
el colegio terminó y atrás dejé el sopor
 de polinomios, sintagmas y núcleos celulares.
Me seducía más la vida.
Otro día
imberbe e ignorante
me presenté en un polígono de las afueras
y empecé  mi andadura
en el empaquetado de bollería
apilando todo en cajas.
Aprendí a madrugar
a moverme en la jerga obrera
lunes de análisis ligueros
viernes de ansias etílicas.
El tiempo pasó, me ascendieron
y conocí a una chica de piernas bonitas
de sonrisa tranquila.
Supongo que seguimos el guión
boda, piso, coche y niño
luego vinieron más niños.
Mi vida encajaba
en el lienzo cotidiano
no había grandes sobresaltos.
Un día
en las noticias dijeron algo
no sé qué del malestar en los mercados
y a los seis meses
me vi en una larga y triste hilera
con una carpeta de papeles en la mano
y casi medio siglo a mis espaldas.
Últimamente escribo
y entre verso y verso
a días me digo NO TE RINDAS
a veces estoy A SOLAS con los dioses.

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