sábado, 8 de diciembre de 2012

Greguerías a la trigonometría


En algún momento de nuestras vidas nos hemos enfrentado a la temible trigonometría. Con ella no se puede discutir porque cada argumento que presenta es perfecto. Desde su ángulo infalible la realidad de esquinas y distancias a ojo se convierte en un plano triangular donde el individuo no es nadie; con suerte un punto perdido. Así, envuelto entre senos y cosenos rotundos, el pobre humano percibe cada rincón de este planeta como un problema potencial. Esta angustiosa vivencia explica muy bien el fracaso escolar en su versión matemática del capítulo de la trigonometría de la tercera evaluación.
La greguería no es cobarde y no va a tolerar que el legado de Pitágoras le amilane. De esta manera, decide enfrentarse cara a cara a la gélida y cortante trigonometría.

943- Cuando la trigonometría aparece el ángulo se calla.

944- El navegante miraba el horizonte con aire angular.

945- Aquella rubia de la fiesta le empujó a una salida por la tangente.

946- Mientras el profesor explicaba las razones trigonométricas, la adolescente se ponía de perfil en un insinuante ángulo recto.

947- La trigonometría tuvo un arrebato poético calculando la distancia del olvido.

948- Las hormonas adolescentes se toman los triángulos isósceles con vasos de resignación.

949- Teorema tras teorema hasta la amada proporción del universo.

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